La paranoia de la productividad es un fenómeno que se intensificó con la pandemia y consiste en la desconfianza que pueden tener los líderes empresariales sobre sus empleados y el temor a que la flexibilidad laboral pueda ocasionar en sus trabajadores una baja en el rendimiento.
Para aquellas empresas que basan su monitoreo o verificación en las horas laborales es más difícil asimilar otro tipo de modelos laborales como los que han detonado con la pandemia. El home office o trabajo remoto les ocasiona una complejidad sobre todo porque no tienen la visibilidad de lo que están haciendo sus colaboradores.
El término que se ha hecho famoso, luego de que Microsoft WorkLab presentara un estudio publicado a finales de 2022 sobre el índice de tendencias laborales posteriores a la pandemia por Covid 19 y la incursión del teletrabajo.
De acuerdo con este estudio, el 85% de los líderes asegura que el trabajo híbrido ha dificultado confiar en que sus empleados son productivos, a pesar de que estos reportan mayor desempeño o incluso, sobrecargas de trabajo, ya que en muchos casos, los tiempos de conexión han incrementado y las tareas se siguen realizando.
¿Cómo evitar la paranoia de la productividad?
Si bien, la pandemia trajo consigo cambios a varios paradigmas sobre la forma de relacionarse en los diferentes entornos sociales, en el aspecto laboral el trabajo remoto e híbrido se ha vuelto una constante casi en todo el mundo.
En este contexto, la paranoia de la productividad puede poner en riesgo la sostenibilidad de estos esquemas de trabajo y los ambientes laborales. Por ello, los líderes deben pasar de la preocupación a la acción, coadyuvando a sus equipos de trabajo a concentrarse en las tareas que más importan, medir el trabajo de estos con base en resultados, más que a la cantidad de horas laborales.
De hecho, el mismo estudio de Microsoft indica que para el 82% de los empleados dentro de las organizaciones es importante que sus líderes les ayuden a priorizar su carga de trabajo; sin embargo, solo tres de cada 10 empleados dice haber recibido orientaciones claras durante las reuniones.
Asimismo, más que solo ordenar una lista de tareas, se debe establecer una comunicación clara, fluida y sobre todo saber escuchar a los colaboradores, para identificar sus inquietudes y necesidades.
Incrementar la confianza y romper la barrera de la distancia, no debe ser impedimento para tener retroalimentación constante. La comunicación es una gran solución para la paranoia de la productividad, por lo que es necesario que las empresas abran nuevos canales y no teman implementar tecnologías que los ayuden a conectar, integrar e interactuar con sus equipos.
Solicitar retroalimentación frecuentemente, recopilar la información y hacer los cambios necesarios, harán que los empleados se sientan escuchados, comprometidos y productivos.
En suma, definir qué tarea no es relevante es tan importante como definir lo que sí; ya que se puede llegar a un punto de rendimientos decrecientes debido al exceso de trabajo y la sobrecarga; si los líderes no intervienen, ponen en peligro la productividad.
La pandemia cambió los esquemas laborales y, por lo tanto, también los liderazgos se han visto en la necesidad de adaptarse para confiar en los colaboradores en un modelo donde la visibilidad es distinta. En AeT nos mantenemos a la vanguardia con los temas y tendencias en el mundo laboral para identificar las necesidades actuales de las empresas y ayudarlas a encontrar el talento adecuado. Conoce más aquí.
Fuentes consultadas: